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martes, 18 de octubre de 2011

BLOG ACTION DAY 2011

   Ya que lo he visto en Valedeoro y en Chocobuda, a los que sigo fervientemente como faros en la noche de este barquito velero en el Atlántico, me he decidido también a hacer mi pequeña contribución con el Blog Action Day de este año.
   El tema va de "comida", aunque a mi me gusta más la palabra "alimento" porque le encuentro unos tintes religiosos muy bonitos.
   Para mí alimentar es dar comida al alma, y eso deberíamos hacerlo a diario: cuando nos sentamos a comer, no debemos devorar lo que tenemos delante, debemos deleitarnos, pensar detenidamente en lo sabroso y agradable que resulta el acto de comer, de nutrirnos; debemos agradecer que tenemos comida (demasiada gente no la tiene); ser conscientes de que no necesitamos tanta para sobrevivir; ser conscientes de la maravilla de poder comer todo tipo de alimentos, no sólo porque nuestro nivel adquisitivo nos lo permita, sino por no padecer ninguna alergia o enfermedad que nos limite; comprender que la Naturaleza ha tenido que hacer un esfuerzo ingente, una estupenda obra de ingeniería para que esa semilla diminuta se haya convertido en el árbol que nos ofrece sus manzanas; sorprendernos ante el color, el sabor, la textura, de los alimentos, la magia de que algo insulso se convierta en sabroso al cocinarse...
   Además, debemos reverenciar el acto de convertir los alimentos simples en platos compuestos:cocinar debe ser un acto religioso, que nos "relige" con nosotros mismos; pensar en cómo se han tenido que dar las circunstancias para que la sabiduría popular nos haya legado platos equilibrados (como las lentejas con arroz, humm...)y sencillos; intentar imaginar a quién y cómo se le ocurriría hacer el primer huevo frito o la primera salsa bechamel.
   En el momento de cocinar, debemos honrar a nuestros ancestros, como por ejemplo, a nuestra bisabuela que nos dejó la receta familiar secreta con la que hoy deleitamos a los nuestros; debemos honrar nuestras propias tradiciones y herencias culturales, como los postres típicos de nuestro pueblo;debemos igualmente honrar los ciclos de la Naturaleza y comer frutos de temporada y locales.
   También debemos darnos cuenta de que la cocina es un pequeño templo donde el milagro del amor (como en la novela "Como agua para chocolate") hace de unas simples hojas de lechuga una ofrenda.
   El acto de hacer la comida es semejante o debería serlo a la Consagración de la Misa católica (salvando las distancias): un momento de sublime silencio, profunda devoción, en el que se unen los alimentos terrenales con el amor divino que nos impregna, para ofrecer a los nuestros (familia, amigos, invitados), lo mejor de nosotros mismos.
   Al cocinar, poniendo toda nuestra atención y cariño, dejamos la mente en paz, somos uno con la comida. De igual modo, por respeto y cariño a esa persona que amorosamente nos ha cocinado lo que ante nosotros tenemos, comamos con reverencia y amor.
   Comer es algo más que tragar: es nutrir el alma y el cuerpo, de vitaminas, minerales, proteínas, y de amor.

domingo, 16 de octubre de 2011

IDEAS PRACTICAS PARA AHORRAR TIEMPO

    El tiempo es esa cosa que todos deseamos pero no tenemos, y más que el oro, lo añoramos en cuanto vemos que se nos escapa.
    Desde luego, el tiempo corre lento para todo lo tedioso, menos para una cosa: la limpieza de la casa.
    A menos que seas de esas raras avis a las que les encanta la limpieza diaria y además tienen todo el tiempo del mundo, seguro que eres de ese cada vez mayor montón de gente que "no tiene tiempo" para dejar su casita "como los chorros del oro".
   Pues bien, el otro día, en uno de esos "encuentros en la tercera fase" de esta que les escribe y la tele, es decir, de esas noches en que, por ser viernes y por no ofender a tu pareja, decides sentarte en el sillón ante la caja tonta unos minutos, en una película protagonizada por Jennifer Aniston, de cuyo título no me acuerdo, la susodicha se dedicaba a trabajar de asistenta.
   Ridículo o maravilloso tener a Jennifer Aniston limpiandote la cocina, pero ese era el guión.
   Más por lo que voy a contar que por la historia en sí, me quedé a ver la película (por otro lado, un tanto absurda)y mientras ante mí desfilaban situaciones de lo más variopintas, mi mente capturaba una de esas ideas felices que de vez en cuando surcan los cielos neuronales de mi cabecita.
   Y he aquí el resultado: conviértete en tu propia asistenta.
   ¿Cómo?¿Qué? Pues sí, lo dicho, conviértete en tu asistenta, piensa como ella (o él) y limpia tu casa como si fueras esa persona, es decir, de manera profesional.
   Tu asistenta (puedes imaginarte a Aniston si quieres) es muy profesional: siempre empieza y termina sus tareas, llega a su hora y acaba a su hora, dejando todo en orden. Tiene una ruta de trabajo marcada, no pierde tiempo viendo la tele o releyendo esas viejas revistas, tiene que ganarse sus euros y cuantas más horas haga en diferentes casas, más dinero ganará.
   Utiliza sabiamente los productos de limpieza, de manera que acarreando sólo dos o tres de ellos, limpia toda la casa sin tener que usar y por lo tanto arrastrar con ella un cajón lleno de productos.
   Se viste de manera adecuada, nada de limpiar con la ropa de calle, y si es necesario se pone por encima una camiseta usada para no mancharse innecesariamente. Quizá pone música para hacer más llevaderas sus tareas, pero no pierde el tiempo bailando.
   Sabe que tiene que acabar a una determinada hora, así que analiza la situación y empieza por lo más visible y por donde más necesario es limpiar, y como es buena profesional, no deja cosas sucias o a medio limpiar. Se marca sus tareas y trabaja por objetivos.
   Por supuesto, tiene un horario y un día o dos en los que limpia tu casa, no está cada dos por tres allí, ni aparece a las once de la noche. Todo lo tiene friamente calculado para que el tiempo se le convierta en oro y para que su buen trabajo le traiga buenas recomendaciones y por tanto más trabajo y más dinero.
   Ahora piensa en convertirte tú en esa persona, pero no limpiarás la casa de tu vecino, sino la tuya: si lo haces de manera profesional, será más rápido y eficaz, imagínate que haces una obra de teatro o que estás en una película y ese es tu papel.
   Concéntrate en hacer un buen papel y como por arte de magia, tu casa estará limpia y recogida en poco tiempo y casi sin esfuerzo (bueno, vale, quizá termines destrozado/a, pero ¿qué asistenta no termina así al final de su jornada?)