Mi lista de blogs

jueves, 26 de enero de 2012

NO LO PLANIFIQUES, SÓLO HAZLO

   Llevaba mucho tiempo prometiéndome a mi misma que en cuanto tuviera tiempo, volvería a practicar yoga; llevaba mucho tiempo intentando planificar qué días, a qué horas y en qué circunstancias, volvería a mi práctica...llevaba mucho tiempo planificando, planificando, y no haciendo.
   Hasta que me planté y sin pensarlo, saqué mi esterilla del armario, la extendí y elevando mis brazos hacia el cielo, volví a saludar al sol, aunque la noche dominara al mundo a esas horas.
    Muchas, demasiadas veces, intentamos crearnos el lugar o la situación perfecta para hacer lo que debemos o queremos hacer, y como las condiciones nunca serán perfectas, tenemos la excusa ideal para no hacer nada.
   Lo importante es hacer eso que llevas mucho tiempo postergando, no cuándo, cómo y de qué forma: el tiempo que empleas planificando una vida perfecta, lo desperdicias sin vivir una vida menos cuadriculada pero más real.
   Así que, haz lo que tengas que hacer, no esperes a que el mundo te dé su consentimiento (entre otras cosas porque no lo hará), y vive tu vida, no seas vivido por ella.

lunes, 16 de enero de 2012

TAN VACÍOS Y TAN LLENOS

   Esta mañana mismo he leido una frase que me ha parecido bastante acertada y ejemplifica algunos casos que podemos encontrar entre nuestra fauna humana.
   La frase en cuestión es la siguiente (desconozco a su autor/a): "Nadie está tan vacío como quien está lleno de si mismo".
   Por suerte o por desgracia, he conocido algunas personas pagadas de sí mismas, fatuas y engreidas que podrían merecer este epitafio sobre su tumba.
   No se trata de juzgar, sino de observar: esta clase de personas suele tener un solo tema de conversación (ellas mismas) y ser capaces de insultar o faltar al respeto a otras que acaban de conocer y de las que apenas saben su nombre; dicen la verdad tal y como la piensan, pero con ánimo de ofender, no por despiste, ignorancia o simplicidad, y ese ánimo se nota en el "tono" que utilizan y en la manera "despectiva" de abordar a los demás.
   No quiero con esto erigirme en "doña perfecta", pero sí reivindicar a aquellas personas que sentimos que no somos el ombligo del mundo, que tenemos verdaderas ansias de conocer a los demás y de abrirnos a mundos diferentes desde la tolerancia.
   Muchas veces me han llamado "amable", y sinceramente, no creía merecer ese apelativo, pero cuando piensas en la cantidad de personas que sufren ante la indiferencia o el desprecio de otras que carecen de la más mínima capacidad de empatía, entiendes por qué te llaman así.
   La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, y para ello, lo básico, lo primordial, es comprender que existen los otros y que, además, tienen derecho a existir al igual que yo, aunque sean diferentes o desconocidos.
   Qué triste debe ser sentirse el único digno de ser nombrado, debe ser la peor de las soledades, la de aislarse del resto de los seres humanos sólo por creerse superior y pensar que, todos esos que están por ahí (esas cosas con nombre de personas), no son más que objetos que podemos utilizar a nuestro antojo.
   Afortunadamente, la naturaleza nos ha dotado de la capacidad de ver más allá de nuestro propio yo, y la educación (por lo menos, la buena educación), nos enseña a tratar a los demás como nos gusta que nos traten.
      Sin embargo, algunas veces tropezamos con personas profundamente egoistas, tan llenas de sí mismas que están vacías de verdadera vida, y podemos, merced a esos encuentros, dar gracias por conocer a todo ese otro montón de gente maravillosa capaz de amar. 
   Así que si eres de los que ama (o lo intenta), gracias, y si eres de los que no llega más allá de su propio nombre, aprende, nunca es tarde, no te prives de llenarte, no te quedes vacío.

martes, 10 de enero de 2012

LIMPIEZA GENERAL

   Coincidiendo con las navidades, tengo costumbre de hacer limpieza general en mi casa. Hago otra en verano, aprovechando las vacaciones, pero esta de invierno tiene un especial significado: según los chinos (o eso dicen), hay que recibir el año nuevo limpiando la casa (o al menos la cocina, si no tienes mucho tiempo), para asegurarse la buena suerte.
   Así que me pongo como una loca limpiando hasta donde ni se te ocurre que pueda meterse la suciedad, para favorecer, no ya la buena suerte, que te la fabricas tú mismo/a, sino para dar paso a lo nuevo que puede entrar cuando sale lo viejo.
   Por fortuna, cada año son menos las cosas que salen, porque han entrado menos cosas, y en cada "salida" hay una oportunidad de reflexionar sobre muchos temas: lo efímero de la vida, la futilidad de la mayor parte de nuestras posesiones, o llegado el caso, la ocasión o la persona que nos regaló u ocasionó la compra del objeto en cuestión.
   Así que la limpieza de fin de año puede ser un buen antídoto para dos cosas: la acumulación de objetos y también de sentimientos o relaciones que ya han llegado al fin de su "vida útil".
   Desprendernos de algunos objetos nos lleva a hacer limpieza emocional, desapegarnos de las cosas y de los recuerdos, a veces no muy agradables, que evocan. Guardamos cacharros inservibles sólo porque nos hacen recordar a las personas a las que relacionamos con dichos objetos, pero sin pensarlo, con esos "tarecos", reservamos un espacio en nuestro corazón a relaciones pasadas o a personas que ya no significan gran cosa para nosotros.
   Aprovecha a limpiar tu armario y también tu corazón, de objetos y recuerdos dañinos, deja sólo aquello que realmente necesitas, tanto en tu vida material como en la emocional; no acumules "basura" sentimental, ni la escondas en el altillo de tu alma, porque, incluso a nivel personal, "cuanto menos bulto, más claridad".
   Feliz entrada de año y feliz "limpieza".