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jueves, 8 de diciembre de 2011

NAVIDADES MINIMALISTAS (II)

Siguiendo el primer post “Navidades Minimalistas (I)”, en este segundo plantearé la pregunta ¿cómo celebrar una Navidad Minimalista?
¿Una Navidad Minimalista es aquella en la que no hay regalos, ni luces de navidad, ni velas de colores, ni turrón, ni árbol, ni portal de Belén?
¿Es una Navidad pobre, sin adornos, en la que cenas un yogur por no gastar en una celebración, o en la que apareces el día de Reyes en casa de tu familia con las manos vacías?
¡Qué va, qué va! ¡si esto del minimalismo va por otro lado!
Se puede tener árbol de Navidad, pero por favor, no uno natural, a no ser que luego lo plantes en tu jardín y al año siguiente lo adornes allí fuera (que también es una idea). Ese árbol de Navidad lo puedes adornar con cositas que hayan hecho tus hijos, o adornos reciclados, o comprados de segunda mano en mercadillos, o de comercio justo (pasen y vean la página de Intermon Oxfam y su tienda on line, por ejemplo). Eso es un árbol minimalista: lleno de vida y adornos amorosos, cosas que no se compran ni en las mejores tiendas de decoración (por cierto, a precios astronómicos).
Se puede tener un belén, porque los hay de diferentes tipos (al igual que el árbol) y es un motivo de fiesta si lo haces con tu familia (algo positivo que compartir y mucho mejor que una tarde en el centro comercial, ¿no te parece?). No necesitas gastar dinero, si se lo dejas a la imaginación de tus hijos, seguro que te montan un Belén estupendo con los Playmobil, las Barbies o los Pin y Pon (encima, hago publicidad y no cobro, ¡vaya!).
Así que puedes comer turrón (si es de comercio justo, lo comes tú y muchas familias pueden, por ejemplo, mandar a sus hijos a la escuela, a miles de kilómetros de tu casa) y polvorones (caseros, mejor aún), encender tus velas (¿has buscado en tu pueblo o en el mercadillo esas maravillosas velas de ceras de abejas pura o de materias primas naturales, es decir, sin parafinas?) y...bueno, lo de las luces ¿es necesario tanto gasto energético?
Unas navidades minimalistas son aquellas en las que regalas a quien te apetece algo hecho con cariño (por ti o por un/a artesano/a, por ejemplo), algo realmente necesario (sobre todo para alguien que no puede comprárselo) o algo significativo y no material (los famosos “bonos” o “cupones”, como “vale por un masaje” o “vale por una tarde de paseo”...¿quién puede resistirse a semejante regalo?)
Unas navidades minimalistas no transcurren en un Centro Comercial, no te dejan con la cartera a dieta ni causan gastroenteritis: son relajantes, entrañables, familiares, detallistas...¡eh, un momento!¿esas palabras no recuerdan a lo que eran las navidades antes de que naciera el marketing?...Si, sospechosamente unas navidades minimalistas tienen mucho que ver con unas navidades realmente tradicionales (no con las falsas tradiciones de ir a esquiar, o de viaje al Caribe, por ejemplo).
¿Necesitas tantos números de lotería; tantas cenas y comidas fuera de casa; tantos regalos con sus correspondientes papeles de regalo, lazos y quebraderos de cabeza; tantas colas en el supermercado o en las tiendas; tantos números rojos, rojos, rojos en tu cuenta corriente?
Unas navidades minimalistas empiezan cuando te planteas que de todo eso, con menos de la mitad, todavía te sobra, y que es preferible tener más tiempo para estar con los tuyos aunque tengas menos compromisos sociales o menos regalos.
Y para empezar, un consejo muy efectivo: apaga la televisión. Sólo con eso, te ahorrarás mucho estrés, muchas tentaciones consumistas y algo en la factura de la luz.

2 comentarios:

  1. Hola, me ha gustado mucho el artículo y lo comparto al 100% :)
    En lo último que has dicho, yo sería más radical, mejor que apagar la televisión es tirarla y decirle adiós para siempre jeje no te arrepentirás.

    Un saludo

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  2. Si, yo también he pensado lo de la televisión, pero, qué le vamos a hacer, cuando vives con otras personas, tienes que aceptar que todos no pensamos igual...pero, qué pena no poder desaparecerla como por arte de magia, je, je...

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