Llevaba mucho tiempo prometiéndome a mi misma que en cuanto tuviera tiempo, volvería a practicar yoga; llevaba mucho tiempo intentando planificar qué días, a qué horas y en qué circunstancias, volvería a mi práctica...llevaba mucho tiempo planificando, planificando, y no haciendo.
Hasta que me planté y sin pensarlo, saqué mi esterilla del armario, la extendí y elevando mis brazos hacia el cielo, volví a saludar al sol, aunque la noche dominara al mundo a esas horas.
Muchas, demasiadas veces, intentamos crearnos el lugar o la situación perfecta para hacer lo que debemos o queremos hacer, y como las condiciones nunca serán perfectas, tenemos la excusa ideal para no hacer nada.
Lo importante es hacer eso que llevas mucho tiempo postergando, no cuándo, cómo y de qué forma: el tiempo que empleas planificando una vida perfecta, lo desperdicias sin vivir una vida menos cuadriculada pero más real.
Así que, haz lo que tengas que hacer, no esperes a que el mundo te dé su consentimiento (entre otras cosas porque no lo hará), y vive tu vida, no seas vivido por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario