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martes, 5 de abril de 2011

ANÉCDOTAS VEGETALES

     Por si alguien no lo sabe, soy vegetariana (más exactamente apiovolactovegetariana, es decir, soy vegetariana que come miel, huevo y lácteos).
¿Qué cuáles son mis razones? Pues supongo que las mismas para que otros coman carne y pescado. No creo que existan unas razones mejores que otras para hacerse "vegeta", y realmente fastidia que te lo pregunten, es como si te cuestionaran por qué te pones una falda en vez de un pantalón y no les bastara con la respuesta "pues, porque quiero".
Siempre debes dar razones de peso para tu manera de alimentarte, y para colmo te miran raro. A mi me parece más raro que haya personas que no comen tomate porque les da asco la cáscara, pero a nadie se le ocurre pedirle explicaciones científicas que avalen su criterio.
Luego está el tema de los veganos, todavía más acosados por su opción, pero a la vez, más reivindicativos, hasta el punto de tratar a los "vegeta" como al enemigo, en vez de a personas que viven su mismo ostracismo social (aunque no todos son así, claro, en todas partes hay de todo).
Sin embargo, todos, "vegetas" y veganos tenemos el mismo problema cuando salimos de casa a comer.
Puedo poner algunos ejemplos: vas a casa de algún familiar que no sabe o no quiere saber que no comes carne ni pescado, y, o se arma la de Dios, o te haces la sueca y dices que ya comiste carne ayer (o pescado) y no tienes muchas ganas hoy (o alguna excusa por el estilo). A veces hasta transiges (no se rasguen las vestiduras, que no soy la única que se ha visto en esas situaciones) y la pruebas para callar la boca (¿no les ha pasado nunca estar en "terreno enemigo familiar" en un ambiente muy tenso y no querer añadir más leña al fuego? Piensen en esas tan agradables comidas en casa de la suegra, esa que nos quiere tanto, y que sería enormemente feliz si fuéramos la ex de su adorado hijo en vez de la todavía esposa...pónganse en ese lugar y luego dicten sentencia).
Otro ejemplo, mucho más cruel, es el del restaurante (en las comidas familiares hay más opciones: montar la tercera guerra mundial, fingir, no aparecer..., pero cuando quieres salir por ahí a almorzar o cenar y encima te lo pagas tú, quieres poder elegir).
En la mayoría de los restaurantes (de mi isla, que no es el centro del universo, claro), no hay platos para vegetarianos en la carta como tales, y tienes que ir mirando bien y preguntando por los ingredientes, hasta que terminas comiendo pasta, otra vez, y eso si no eres vegano, porque si no...
La otra noche salimos a cenar mi marido y yo. Normalmente vamos al mismo restaurante de siempre, donde hay platos vegetarianos en la carta (no muchos, pero bueno, algo más que el plato de pasta). Pero esa noche atravesamos toda la isla para ir a uno al que hacía muchos años que no íbamos. En esa época yo no era "vegeta", así que fue duro comprobar lo que pueden suponer los cambios.
La camarera me entrega la carta y yo... decido comer...pasta. Sí, vale, ya sé que es un italiano, pero es que de los quince platos de la carta sólo hay uno que no lleve carne o pescado: lasaña de setas.
De entrante pedimos una ensalada...que llevaba queso. Yo como queso, pero me acordé de los veganos: ni una triste ensalada podrían comer aquí, porque para colmo el queso estaba rallado, mezclado con el resto de ingredientes, no en tacos, que cuidadosamente puedes apartar. Tampoco lo decía en la carta, con lo que no podías pedir la ensalada "pero sin el queso, por favor".
Lo mismo ocurre en las cafeterías de siempre: ¿qué pides si eres "vegeta"? Un café con leche y un sándwich de queso, especificando bien claro "sólo de queso". Pero si eres vegano, un café sólo (y especifícalo bien, porque si no te aparece la leche) y un sándwich de...pan con pan, o vegetal sin queso ni jamón (y repito, déjaselo bien claro al camarero o lo llevas crudo).
Todo lo más puedes encontrarte con  algún sitio donde te pongan el café con leche de soja, pero es raro.
Por ejemplo, una vez fui a una cafetería distinta a la que suelo ir siempre (estaban cerrados por vacaciones), y pedí un cortado con leche natural (nada complicado, digo yo), y me sirvieron un cortado con leche condensada (un café bombón), porque en esta isla TODOS los cortados son... con leche condensada (incluso hay un grupo musical local que le ha hecho una famosísima canción por estos lares).
Algunos dirán "¡y quién les manda a ser diferentes!", a lo que yo les contesto "¿y por qué tenemos que ser todos iguales?".
Lo curioso es que este hecho, la poca sensibilidad hacia colectivos como los "vegetas", veganos, celíacos, ect., no se da sólo en esta isla por ser una isla, sino que, por lo que tengo entendido, en el resto del país los "vegetas" y demás tribus alimenticias (entre las que podemos incluir a los alérgicos o intolerantes a muchos alimentos), las pasan canutas para encontrar "comederos" decentes, con lo que su vida social se resiente, optan por acudir sólo a restaurantes "vegetas" (por ejemplo) y a no relacionarse con otros "comensales omnivoros", cerrando aún más el círculo social, con el peligro de radicalizar sus posturas y separarse más y más del resto de la sociedad.
Somos "verdes", no "marcianos": así que, por favor, a los dueños de los "comederos tradicionales", pedirles que incluyan platos vegetarianos en sus cartas, que no es tan difícil, que unas simples lentejas sin chorizo, ya son veganas ¿o no?.

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